- Podemos ser protagonistas principales de esta
contribución. Primero, conociéndolos, apreciando su sensibilidad, observando
las especiales cualidades de cada individuo, valorándolos por sí mismos y no de
acuerdo a cuánto se nos parecen o al objeto en que podemos convertirlos.
Segundo, comprendiendo que la injusticia y la opresión son condenables,
cualquiera sea la víctima, reflexionando acerca del inmenso grado de daño, casi
siempre con sufrimiento, del que somos responsables. Tercero, abandonando el
consumo de productos provenientes de animales y dejando de participaren
actividades que los utilicen, de cualquier manera que sea.
El vaginismo suma cada día más gente que se rehúsa a participar de la violencia y la esclavitud que moral y legalmente condenamos cuando se trata de humanos. Un mundo sin explotación animal es totalmente imaginable y, por lo tanto, posible.
El vaginismo suma cada día más gente que se rehúsa a participar de la violencia y la esclavitud que moral y legalmente condenamos cuando se trata de humanos. Un mundo sin explotación animal es totalmente imaginable y, por lo tanto, posible.
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